EGRESADOS. NOTA EN LA NACION

 

Los creadores del icónico mate “Mathienzo” fueron más allá con su emprendimiento y hoy exportan una yerba que no para de ganar adeptos internacionales

Todo comenzó en 2011 con un mate de silicona. Los diseñadores industriales Mercedes Buey Fernandez (32) y Nicolás Tiferes (36) se habían conocido en la facultad y querían un estudio propio. Primero tenían que mostrar que podían diseñar, comerciar y producir un producto. Así nació aquel icónico mate, con el nombre de “Mathienzo”, que luego se transformaría en una marca de yerba premium de exportación. Hoy venden en toda la Argentina y distintos países del mundo.

El mate de plástico se vendió sin parar, pero el crecimiento real de Mathienzo se dio cuando viraron el eje del negocio de un estudio de diseño a una pequeña empresa productora de yerba mate. “Había un público ávido de identificación. Los jóvenes empezaban a tomar mate, pero no se sentían identificados con las yerbas más tradicionales. Ahí dimos un giro de 180 grados y lo que fue nombre de un producto se convirtió en marca. Hicimos muchos cambios internos y llegó la yerba”, relata Mechi.

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